BIENVENIDOS Y BIENVENIDAS (FRATELOS Y SORELAS)

PAZ Y BIEN!

A lo largo de nuestras vidas escuchamos, hablamos, vemos, aprendemos, crecemos, lloramos... pero... ¿que nos queda en el corazón? espero que este espacio sirva para llevar cosas al corazón y de ahí llevarlas a la vida...

---unidos en esta loca tarea de transformar el mundo---

un abrazo fraterno: Fray Esteban

martes, 31 de agosto de 2010

Prohibido Estancarse y volver a ver atrás....

“Su mujer miró hacia atrás y se convirtió en poste de sal” (Gn 19,26)

Imagínate por un momento que tres ángeles se te aparecen y te dicen (casi como una orden) “sal de tu casa, de tu pueblo, porque va a ser destruido”, no te dan tiempo ni para empacar maleta, ni para peinarte, untarte gel en la cabeza o pintarte la cara… “sal ahora mismo”…

Pues hay en el libro del Génesis una historia semejante que, como género literario que es, nos deja una enseñanza muy grande, la cual hoy quiero compartirla… Lot estaba muy tranquilo en su país, con su esposa y su familia, ciertamente el país no tenía muy buena fama (casi como algunos de nuestros pueblos Latinoamericanos que son catalogados como “lugares de alto riesgo social”), eran los pueblos de Sodoma y Gomorra… de repente los tres seres angelicales le dicen que debe salir huyendo…

Imagínate esa escena (al mejor estilo de Hollywood), Lot y su familia salen corriendo, dejando atrás todo lo que tenían para vivir, dejando la casita que tantos recuerdos y tantas anécdotas les cobijaba, dejando atrás lo que tenían seguro y lanzándose hacia lo inseguro… a sus espaldas el pasado, la seguridad, el confort, la estabilidad, de frente lo inseguro, lo incómodo, lo inestable… pienso en la esposa de Lot, que aún con una “espinita” en su corazón, volvió a ver para atrás… queriendo echar una mirada al pasado, a lo seguro, a lo que estaba acostumbrada… y se hizo sal… su apego la petrificó, la secó, la llevó a la muerte…

Acá es donde entramos cada uno de nosotros hermanos y hermanas, más allá de las imágenes destructoras y los gritos de la escena, propios de un género que pretende transmitir una enseñanza, debemos de reconocer nuestro itinerario en los caminos del Señor, es decir, reconocer que el Señor siempre nos va a llevar, siempre nos va a impulsar a estar en camino, cuando nos estemos acomodando en el servicio eclesial, cuando estemos echando raíces en las seguridades, cuando nos sintamos casi intocables, cuando definitivamente la pasábamos bien, creo que es cuando el Señor viene y nos mueve, nos hace movermos, auque no lo entendamos, aunque duela un poco, nos invita a salir inmediatamente… y no estoy refiriéndome específicamente a lugares físicos, puede ser que te mueva de tu servicio en la parroquia, que te mueva por dentro de tus seguridades internas, de tu estilo acomodado de espiritualidad, que te mueva a otro lugar de oración sacándote del acomodo en que has caído… siendo esto así, posiblemente sea más claro comprender el siguiente texto del Evangelio de San Lucas:

“Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente preservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará” (Lc. 17,32-33)

Como diciendo que hay que tomar el riesgo cuando es el Señor quien te está moviendo, hay que atreverse a dar el paso, hay que aventarse, lanzarse de frente a los inseguro para uno, pero tomado de la mano del Señor, él es tu seguridad y tu refugio… negándose a uno mismo, negándose a las cosas que más uno quisiera con tal de lanzarse a lo “inseguro con Dios”, por eso es prohibido estancarse en este camino, en Cristo hay dinamismo, hay movimiento constante, hay que estar en “estado permanente de misión” (adentro de uno y afuera).

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la salvará” (Lc. 9,23-24).


un abrazo fraterno. Fray Esteban Mora Garita, capuchino

Aún no he terminado...

Paz y bien, ojo👀 a este detalle:  "Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el su...