comentario al Evangelio: SAN JUAN 13, 33-35
Domingo 28 de abril, Parroquia San Isidro Labrador, El Rama.
- Jesús ha sido muy claro: "La señal por la que conocerán que son mis discípulos es que se aman unos a los otros como yo los he amado"
- Esto o es algo muy bonito o es algo muy feo, o es algo muy relajante en el camino de la fe o es el mayor reto que se nos ha hecho... creo que es una combinación de todo, pues el signo convincente de la fe cristiana, de la identidad cristiana, del seguimiento de Cristo es EL AMOR.
- El distintivo cristiano no es la Santa Cruz en la pared, ni el Sagrado Corazón de Jesús en la sala de la casa, ni una imagen de la Virgen María, la señal es el AMOR, pero no un amor cualquiera, sino un AMOR FRATERNO, ese que es discreto, humilde, que no alardea, que comprende, que mira al otro como lo miraría Dios, que tiene paciencia para con el otro, que espera pacientemente la conversión, que ofrece ¡la mano!, ¡el hombro!, ¡los brazos!, ¡los abrazos!, nunca el puño, el golpe, la espalda...
- No vamos a convertir a alguien convenciendole con propagandas, sino con el contagio del AMOR. Esa es una de las diferencias de venir a la Iglesia un rato a sentirse Iglesia a cada rato, sentirse parte de una comunidad creyente y amante, que ama la vida, la familia, los compañeros, la naturaleza, a los enemigos. Y el que ama, respeta.
- Esto me lleva a preguntarme: ¿QUE ES ESTO QUE VEMOS?, ¿QUÉ ES LA IGLESIA?
Somos un conjunto de personas que hemos descubierto el AMOR de Dios en nuestras vidas y ahora vivimos de Él. Una vez alguien dijo: "Somos lo que amamos, seremos poca cosa si amamos poco, mucho si amamos mucho"
Un abrazo fraterno: Fray Esteban Mora Garita, capuchino