"Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con el que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó" (Jn 20, 6-8).
"Ver" e inmediatamente "creer" está escrito a propósito (en el Evangelio de San Juan), porque aquello que están "viendo" les está llevando a creer profundamente en la Resurrección.
Ahora bien: ¿qué es lo que "vieron"? La tumba vacía si... pero, además, un signo muy judío: El sudario bien doblado en un sitio aparte.
Es que, en la antigüedad, cuando en las relaciones de amo y siervo en las casas judías, después de comer, el amo se lavaba las manos y se secaba con el lienzo, tenía dos opciones:
a) hacía una pelota retorcida el lienzo y lo ponía en la mesa, significaba que había terminado, de manera que los sirvientes podían empezar a recoger todo, lavar platos, quitar manteles, porque el festín y banquete ya había terminado, de manera que el lienzo hecho una bola era "la señal" de que todo había terminado...
PERO... (siempre hay un pero)
imagen tomada de "serjesuita" en Instagram |
b) la otra opción consistía en que el amo se levantaba de la mesa, se lavaba las manos y se secaba con el lienzo, pero lo dejaba ENRROLLADO, significaba que aún no había terminado, tal vez una pausa en la comida y la fiesta, para tomar aire... pero indicando que no había terminado, por lo tanto, no debían recoger nada, el banquete y la fiesta continuaba, debían esperar aunque él saliera un ratito de la casa (a tomar aire o conversar con los invitados)... Pedro y Juan, al llegar al sepulcro vacío, el signo que vieron fue un sudario doblado, no tirado en el suelo como las vendas mortuorias, el mensaje era claro: AÚN NO HE TERMINADO, VUELVO PRONTO.
Querido lector, tu historia con Él aún no ha terminado, aún hay mucho camino por recorrer, falta más aún.
Felices Pascuas de Resurrección.