BIENVENIDOS Y BIENVENIDAS (FRATELOS Y SORELAS)

PAZ Y BIEN!

A lo largo de nuestras vidas escuchamos, hablamos, vemos, aprendemos, crecemos, lloramos... pero... ¿que nos queda en el corazón? espero que este espacio sirva para llevar cosas al corazón y de ahí llevarlas a la vida...

---unidos en esta loca tarea de transformar el mundo---

un abrazo fraterno: Fray Esteban

martes, 28 de junio de 2016

EMPUJANDO PIEDRAS


¡empuja!, que mi lógica no es tu lógica


Una vez Dios decidió aparecerse a un hombre mientras éste oraba, le dijo que si estaba dispuesto a seguirlo y a hacer lo que se le mandara, el hombre contestó que si –a la par de su casa había una piedra enorme, semienterrada, pero tan enorme que superaba la altura de una persona común-, Dios le pidió al hombre que todos los días al regresar del trabajo empujara esa piedra.

Y así fue, todos los días, al regresar del trabajo, este hombre se quitaba la camisa, se ponía unos pantalones cortos y cómodos y a empujar la piedra, pasaron los veranos, los inviernos, los años. Una tarde mientras se estaba alistando para empujar vino el enemigo –ese que le gusta distorsionar las cosas, hacernos enredos- y cuando el hombre se dispuso a empujar la piedra le empezó a meter cizaña: “pareces un bobo empujando todos los días la piedra sin poderla mover”, “acaso no te has dado cuenta de que has perdido mucho tiempo con esta estupidez, tiempo para tu familia, tiempo para descansar”, “parece que Dios se ha burlado de ti al ponerte esta vaga misión”…

Y este buen hombre de Dios sucumbió ante tal tentación, lentamente fue bajando los brazos, los retiró de la piedra y se cuestionó si aquellas expresiones eran verdad, tanto tiempo invertido empujando y ¿para qué? La piedra no se había movido ni un milímetro. De repente se puso de rodillas, invocó a Dios con una oración angustiada en la cual le expresaba que se sentía como un tonto, que era una causa perdida, que no había logrado mover la roca, tantas tardes empujando para nada.

Y Dios que es compasivo, misericordioso y atento a nuestras súplicas le respondió: ¡Ay hijo mío!, cuando yo te pedí que me siguieras de inmediato me dijiste que si, cuando yo te pedí hacer lo que te mandara me dijiste que si, pues bien, yo te he pedido que empujes la piedra todos los días, en ningún momento te dije que la movieras, solamente te tocaba empujar la piedra, esa es tu misión, alguien te ha querido engañar diciéndote que debías moverla, pero mi objetivo y mi plan no estaba sobre la piedra sino concentrado en ti. Mírate ahora tienes unos brazos con mas músculos, tus manos ahora son fuertes y callosas, tus piernas ahora tienen los tendones desarrollados, todos los huesos de tu cuerpo están sólidos e inquebrantables, tu espalda está estirada, erguida, te estaba haciendo más fuerte a ti, mi plan eras tu, mi plan eres tu. 

Mover la piedra me toca a mi, mi lógica no es tu lógica, mis plan era hacerte más fuerte desde adentro, esta aparente adversidad, este aparente imposible te ha hecho más fuerte, esta vergüenza y tiempos perdido estaba sacando lo mejor de ti, yo no quiero tu desgracia, todo lo contrario siempre quiero sacar lo mejor de ti.

1) “Bien conozco los designios que abrigo sobre ustedes. Son designios de paz, no de desgracia, de darles un porvenir cuajado de esperanza” (Jeremías 29,11).
2) Hay muchas piedras en nuestra vida –o una sola- pero no dejes de empujar, de esta DIOS está sacando lo mejor de ti, no dejes de luchar, de tener coraje, de empujar. 
3) No hagas caso de las voces burlescas ni de las que quieren distorsionar la voz de Dios sobre ti. Dios te ha dicho algo lucha por eso, por lo que él te ha dicho, ni tu parecer, ni el de nadie más… acaso no lo rezamos a diario: “hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” 
4) …

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