BIENVENIDOS Y BIENVENIDAS (FRATELOS Y SORELAS)

PAZ Y BIEN!

A lo largo de nuestras vidas escuchamos, hablamos, vemos, aprendemos, crecemos, lloramos... pero... ¿que nos queda en el corazón? espero que este espacio sirva para llevar cosas al corazón y de ahí llevarlas a la vida...

---unidos en esta loca tarea de transformar el mundo---

un abrazo fraterno: Fray Esteban

lunes, 16 de enero de 2017

HISTORIA DE UN SALMÓN (cuento anónimo hasta el momento)

¿Has visto alguna vez a los salmones saltando río arriba?


Realizan un viaje contra corriente increíble, que todavía no es demasiado comprendido por los científicos.


El salmón nace en el río y permanece en agua dulce mientras es pequeño. Cuando llega su juventud, baja hasta el mar, donde vive y llega a su madurez. Cuando se acerca la época de la reproducción, emprende el camino de vuelta, volviendo exactamente al lugar donde nació.


Es un viaje muy duro, centenares de kilómetros, llenos de dificultades, de rápidos y cascadas. Tiene que liberarse de las plantas acuáticas que lo tratan de retener, de los osos que esperan cuando ellos saltan para pescarlos con sus garras... ¡Y si solo fuera eso! Lo peor es que el salmón se encuentra en el río a muchos peces, compañeros, que se dejan arrastrar por la corriente y que le dicen:


-"Ven con nosotros. En el mar se está muy bien. ¿Qué quieres hacer allá arriba?"
Y otros le gritan:
-"¡No subas mas arriba: hay peces que te atacan!, ¡hay osos desalmados y hambrientos!"


Y así es. Mirando hacia delante, el salmón puede ver como hay salmones heridos por las mordeduras. Entonces comienza a dudar y piensa:
-No puedo más. Me quedaré a descansar un rato allá, donde parece que el agua se remansa. Ya continuaré cuando haya recuperado las fuerzas.


Pero, al mismo tiempo, escucha una voz interior que le empuja:
-Salmón, ¡No te dejes llevar por lo fácil!
¡continúa tu viaje con los compañeros que luchan a tu lado! O sigues río arriba o la corriente te arrastrará hacia abajo. No hay otra alternativa: ¡O río arriba o hacia el mar!.


Parece que los salmones no comen nada, una vez que han comenzado que han comenzado su ascensión río arriba. Solo el instinto les da fuerzas para luchar contra corriente. No todos llegan a la meta: muchos mueren exhaustos durante su titánico viaje.

Al llegar al lugar de su nacimiento las hembras ponen huevos y los machos los fertilizan. Ya pueden, AGOTADOS, morir: ELLOS SI QUE HAN SIDO FECUNDOS. Nadar en contra corriente es la vida es difícil, pero es el precio de la verdadera fecundidad.

MORALEJA: la hacés vos!!!

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