BIENVENIDOS Y BIENVENIDAS (FRATELOS Y SORELAS)

PAZ Y BIEN!

A lo largo de nuestras vidas escuchamos, hablamos, vemos, aprendemos, crecemos, lloramos... pero... ¿que nos queda en el corazón? espero que este espacio sirva para llevar cosas al corazón y de ahí llevarlas a la vida...

---unidos en esta loca tarea de transformar el mundo---

un abrazo fraterno: Fray Esteban

lunes, 6 de agosto de 2012

EMOCIÓN VS VOCACIÓN (una gran diferencia)

LA EMOCIÓN TIENE UNA CARACTERÍSTICA...
ASÍ COMO LA VOCACIÓN TIENE LO SUYO...

VOCACIÓN: LO QUE TE TOCA HACER EN ESTA VIDA (no necesariamente ser monja, fraile o sacerdote), SINO HACER AQUELLO PARA LO CUAL VINISTE A NACER!!!
Cuando uno está emocionado es capaz de cualquier cosa, hasta de decir sí!!!, cuando uno está emocionado brinca, grita, se mete en un grupo, hace locuras, aplaude, trasnocha preparando un retiro, madruga para orar, hace ejercicios... la emoción tiene su dosis de motivación, uno por dentro se siente poderoso, fuerte, CAPAZ de responder a un nuevo compromiso, de hecho no mide los riesgos de un nuevo compromiso...

Una dosis de emoción es buena para el caminar de un creyente, añadido con una dosis de motivación, tenemos a una persona comprometida en el grupo, fiel a la misa, a la oración, a las actividades, puntual, decidido, capaz de hacer hasta la dinámica del pollo (que es un "bañazo"-"vergüenza")...

La emoción hace que un joven se me acerque y me asegure que Dios lo está llamando, porque en el grupo juvenil todo marcha en orden, porque en la casa lo apoyan, porque siente algo diferente en las HORAS SANTAS... la emoción es eso que sentís cuando te gusta lo que hacés... cuando disfrutas ser vos!

EN CAMBIO la VOCACIÓN tiene algo de macabro!!! puesto que además de todo lo anterior, añade la oscuridad!, la prueba!, la deserción!, la falta de fe!, el DESIERTO!, el enfriamiento!, la soledad!, las desilusión!, el combate!....

es decir: cuando alguien ha dado el paso de la emoción a la vocación (hacer aquello para lo cual uno vino a nacer), el paso que supone que aquello que sentía ha sido probado, a pasado por el fuego, por la prueba, por la soledad (de que la familia, ni los amigos, ni el grupo, ni la comunidad lo comprenden)...

CUANDO COMPRENDES QUE ES FÁCIL, CUANDO UN APRENDE QUE NO ES FÁCIL, CUANDO UNA APRENDE QUE LA VOCACIÓN NO ES "lo que brilla afuera frente a las personas" SINO LAS NOCHES OSCURAS FRENTE AL SAGRARIO, CUANDO LO QUE UNO FALLA Y CAE LE DA ÚNICAMENTE FORTALEZA PARA SEGUIR, CUANDO LOS MIEDOS SE HACEN MOTIVACIÓN PARA CREER MÁS EN DIOS Y MENOS EN UNO.

un abrazo fraterno: 
Fray Esteban Mora Garita, capuchino.

PARA MUESTRAS... VER ESTE VIDEO...




1 comentario:

  1. Concuerdo con la relación que establece sobre la transición entre la emoción y la vocación, y al terminar de leer su artículo se me vino a la mente las películas de Disney, y no me refiero a las cucharitas y tacitas cantando y bailando, estoy hablando del “amor a primera vista” y del “vivieron felices para siempre”.
    El príncipe, motivado por los relatos sobre la belleza de la princesa, subió a la torre más alta del castillo, venciendo al dragón que la custodiaba, para así rescatar a la que sería el amor de su vida y vivir felices para siempre, hasta que se dio cuenta de que la princesa tenia malos hábitos de higiene bucal, lo que llevo a un fuerte conflicto que culminó con la separación del príncipe y la princesa.
    La “emoción”, como usted menciona, puede llevarnos a realizar cosas inimaginables, (como matar Dragones) pero es un sentimiento efervescente, que en determinado momento se va a apaciguar, dejándonos descubierta la realidad que no veíamos.
    Es a partir de este momento en donde se deslumbra si lo que sentíamos era una “emoción” o si de verdad era amor, ya que en este punto es donde se elige si detenerse o continuar a pesar de las implicaciones que esa decisión conlleve.
    Una vocación, necesariamente tiene que ser algo que amemos, ya que el amor es lo único que nos va a ayudar a seguir adelante a pesar de los altibajos que se puedan presentar a lo largo de nuestra vida, pero para encontrar este amor verdadero tenemos que “emocionarnos” varias veces de diferentes posibles vocaciones, porque solo así lograremos discernir la vocación para la que nacimos.

    Paz y bien!
    Diego Ramos Arias.

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