BIENVENIDOS Y BIENVENIDAS (FRATELOS Y SORELAS)

PAZ Y BIEN!

A lo largo de nuestras vidas escuchamos, hablamos, vemos, aprendemos, crecemos, lloramos... pero... ¿que nos queda en el corazón? espero que este espacio sirva para llevar cosas al corazón y de ahí llevarlas a la vida...

---unidos en esta loca tarea de transformar el mundo---

un abrazo fraterno: Fray Esteban

miércoles, 30 de julio de 2014

EL SILENCIO DE DIOS = CRISIS EN LA FE

¡Paz y Bien!

Existe en la Biblia un pasaje interesante que tiene que ver con la CRISIS de un profeta específico (Jeremías) pero que al mismo tiempo tiene que ver con la CRISIS que alguna que otra vez nos toca atravesar... es como pasar por un callejón oscuro y tenebroso por el cual no quisiéramos pasar... es como "pasar por donde asustan"... esto es EL SILENCIO DE DIOS... es una especie de crisis espiritual, la cual es muy difícil, pues no se asemeja a una crisis moral que se soluciona con una buena confesada y una buena guía espiritual, LA CRISIS ESPIRITUAL es algo "jodido", es podrido, es fatigante, es hedionda, puesto que por mas que se rece, que se acerque al Sacramento de la Reconciliación, a la dirección espiritual, a la Comunión frecuente... no se logra avanzar así no más.

Jeremías pasó por eso... leamos el texto.

Del profeta Jeremías (15,10.16-18):
Ay de mí, ¡madre mía!, ¿por qué me diste a luz? Soy hombre que trae líos y contiendas a todo el país. No les debo dinero, ni me deben; ¡pero todos me maldicen! Cuando me llegaban tus palabras, yo las devoraba. Tus palabras eran para mí gozo y alegría, porque entonces hacías descansar tu Nombre sobre mí, ¡oh Yavé Sabaot! Yo no me sentaba con otros para bromear, sino que, apenas tu mano me tomaba, yo me sentaba aparte, pues me habías llenado de tu propio enojo. ¿Por qué mi dolor no tiene fin y no hay remedio para mi herida? ¿Por qué tú, mi manantial, me dejas de repente sin agua?
Palabra de Dios


1) RETANDO A DIOS PORQUE ME TIENE EN CRISIS.

La gran pregunta con la que el profeta RETA a Dios es "¿Por qué mi dolor no tiene fin y no hay remedio para mi herida?; ¿Por qué tú, mi manantial, me dejas sin agua?"; en otras versiones dice: "herida insanable" y "¿Acaso te has convertido para mi, Señor, en espejismos de agua que no existen?"; con esto queda claro que el profeta no está pasando por una crisis a causa de un pecado personal, o de una "metida de patas", sino que está en un momento en donde EL CIELO (Dios) guarda silencio, pareciera estar oculto, es un manantial que no le da agua, por lo que el profeta reta a Dios a que se le manifieste... para nosotros no es fácil (NADA FÁCIL) mantener la fe frente a los silencios de Dios, y mas bien vemos el mal crecer, burlas y oprobios en contra de la religión... el hecho de que Dios guarde silencio nos abruma, nos hace sentir mal, lejos, nos deja desconcertados... la fe se ve como algo ridículo, en consecuencia uno se siente como un bufón que solo hace payasadas que se denominan FE.

Esto es lo que llamamos CRISIS. El problema es cuando uno se olvida que es servidor de Dios y se empieza a predicar a sí mismo, cuando uno hace a un lado lo místico y le da campo a la rutina, cuando uno cae en la trampa mental de que el Manantial por excelencia simplemente dejó de darme agua... 

¡Ese es el detalle! El profeta se encerró en sí mismo, ENSIMISMADO, ya no tenía a Dios como su centro de vida... sino él mismo.

El texto bíblico sigue con la respuesta de Dios:

Del profeta Jeremías (15, 19-21):
Entonces Yavé me dijo: «Si vuelves a mí, yo te haré volver a mi servicio. Separa el oro de la escoria si quieres ser mi propia boca. Tendrán que volver a ti, pero tú no volverás a ellos. Haré que tú seas como una fortaleza y una pared de bronce frente a ellos; y si te declaran la guerra, no te vencerán, pues yo estoy contigo para librarte y salvarte. Te protegeré contra los malvados y te arrancaré de las manos de los violentos.» 
Palabra de Dios.


2) LA RESPUESTA DE DIOS "REVANCHA".

A) SI VUELVES A MI... 
¡He ahí la respuesta!, ese volver, ese acto de estar volviendo al Señor, es la FIDELIDAD al Señor. Cosa que no está dada -como acto de magia- con la mera participación de los Sacramentos, ni desde la vida de oración constante, ni en la Lectio Divina, de ahí que la CRISIS ESPIRITUAL es difícil pues por mas que uno participe en la VIDA DE LA GRACIA la cosa no se resuelve así no más...

La FIDELIDAD se construye a diario precisamente en ese acto de ESTAR SIEMPRE VOLVIENDO AL SEÑOR. "Si vuelves a mi". En cada oportunidad que se tenga de estar siendo fiel al Señor, siempre volver al Señor.

B) SEPARA EL ORO DE LA ESCORIA...
Hay que ser francos: se necesita tener el CORAJE para poder separar el oro de la escoria en el corazón.

Nota: cuando hay que purificar el oro, se debe fundir, el metal pesado en estado líquido se va al fondo y la escoria, la basura queda encima de manera que se puede limpiar. Abajo dejo un link para escuchar una canción especial que se llama: FUEGO REFINADOR.

SEPARAR EL ORO DE LA ESCORIA es una acción en sí dolorosa, primero por el hecho de pasar por un fuego refinador, luego por tener que DESAPEGARSE de la escoria. De hecho la ESCORIA -pienso yo- es la "tierra fértil" donde nace la CRISIS ESPIRITUAL. 

Es un llamado fuerte a la renovación personal, al cambio de esquemas, a la re-actualización.

Bueno, bueno... lo que estoy tratando de decir ya lo ha dicho mucho mejor Su Santidad Francisco en la Exhortación Apostólica "Evangelii Gaudium":


Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor». 
Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: 
«Señor, me he dejado engañar, 
de mil maneras escapé de tu amor, 
pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. 
Te necesito. 
Rescátame de nuevo, Señor, 
acéptame una vez más entre tus brazos redentores». 

¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido! Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia. 
[EG3]

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